El alcohol tiene una acción fisiológica sobre la
sangre y sobre las arterias que, según la bebida y las cantidades, puede
resultar beneficioso o perjudicial para la salud.
En general, un consumo moderado de cualquier bebida alcohólica resulta positivo para el organismo ya que provoca un sensible descenso del colesterol malo y un incremento del colesterol bueno.
Además, favorece la correcta coagulación y disminuye el almacenamiento de
lípidos nocivos en las paredes de las arterias en las horas posteriores a una
ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas.
No obstante, a principios de los años 80, el Doctor Serge Renaud demostró que
es el vino (tinto, sobre todo) el que ofrece la mayor protección
cardiovascular. Y más tarde, sucesivos estudios corroboraron estos datos,
indicando una menor eficacia de la cerveza y de los espirituosos. Las causas
hay que encontrarlas en los altos contenidos polifenólicos del vino tinto,
responsables, entre otras cosas, de la prevención de infartos, cáncer y muertes
prematuras.
Componentes del vino y sus efectos
benéficos:
Alcohol (etanol): Disminuye el llamado "colesterol malo" y
aumenta los niveles de "colesterol bueno". Aumenta la sensibilidad de
las células a la insulina, disminuyendo los factores de riesgo coronario.
Limita el almacenamiento de lípidos nocivos en las arterias, favoreciendo el
fluido de la sangre. Aumenta el diámetro de las arterias coronarias y minimiza
el riesgo de isquemia cardíaca (paro circulatorio).
Salicilatos: Inhiben la adición
plaquetaria y tiene un efecto protector contra la vasoconstricción que estrecha
el calibre arterial.
Polifenoles (flavoniodes, antocianos,
flavonoles, reveratroles y ácidos fenólicos): Multiplican la resistencia
capilar, reduciendo el riesgo hemorrágico. Refuerzan la solidez del colágeno,
previniendo el riesgo de ateroma. Tienen gran poder antioxidante, combatiendo
los radicales libres y retardando el envejecimiento de las células. Inhiben la
adición plaquetaria.
Fibras solubles (pectinas y gomas):
Aumentan la presencia de los polifenoles en la sangre. Disminuyen la absorción
intestinal de las grasas saturadas. Disminuyen el hiperinsulinismo y la
insulinoresistencia.
Glicerol: Disminuye las lesiones de
los músculos de las arterias y favorece la dilatación de las mismas, limitando
los riesgos de trombosis.
Es importante recordar que todos los excesos son
perjudiciales. El vino no será la excepción a esta regla, así que los invito a
disfrutarlos con moderación. De esta manera estaremos aportando a nuestro
cuerpo los requerimientos mínimos necesarios sin caer en desproporciones.
Hasta
una próxima entrega!
No hay comentarios:
Publicar un comentario